La llama del silencio

Petar Shumski

La llama del silencio



 

LA BALADA DE DOS CORAZONES


Cuando nuestros corazones se abren

y se colocan uno junto al otro

como dos espejos

que, reflejándose mutuamente,

se multiplican hasta el Infinito,

nosotros abrimos las puertas de la Eternidad

y por ahí pasamos sin movernos.

La Flor del Tiempo

congélase por un instante

en el cristal de la Eternidad

en el que nos reflejamos

con cuerpos sin sombras

con la luz de nuestras almas

tiernas y puras

sólo parecidas a ellas mismas

e infinitamente iguales...

En lo más profundo del Corazón

el tiempo no existe

y si existe

no transcurre sino que está detenido

y se atraviesa en un instante:

basta con formular un deseo

para verlo cumplido.

La mayor profundidad del Corazón

no sabe de tiempo y espacio.

El Alma reconoce al Alma

y se atiene al tema principal.

Quizá habría más luz

en nuestros corazones

si los Corazones miraran el Sol

en lugar de las agendas:

todo lo que se escribe

se borra

como una blanca evaporación

del espejo empañado.

*

Del poemario La llama del silencio, 2006

(Traducido del serbio por Silvia Monrós-Stojaković)

*

Opširnije...
 



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